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Viernes, 29 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

El fuerte viento deja de nuevo en tierra a Paz, el satélite espía español que se resiste a despegar

15 horas 11 minutos, del 21 de febrero. Sede del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), en las inmediaciones de Madrid. Auditorio del Centro de Astrobiología (CAB). La ministra de defensa de España, María Dolores de Cospedal está sentada en primera fila, junto al secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, ‒recién llegado de la base aérea de Vandenberg‒, la secretaría general de Industria, Begoña Cristeto, el Jefe del Estado Mayor del Aire, general de Ejército Javier Salto Martínez-Avial, y el teniente general José María Salom, director general del INTA.

El ambiente entre los presentes es de gran expectación, con un alto grado de ilusión y cierta dosis de inquietud, algo propio en todo despegue de un cohete espacial. No es para menos. La  puesta en órbita del primer satélite espía radar español ‒bautizado con el idílico nombre de Paz‒ lleva un retraso de 4 años y, en los últimos dos meses, su fecha de despegue ha sufrido 5 aplazamientos.

El auditorio donde está la ministra tiene capacidad para poco más de un centenar de personas, por lo que el servicio de Protocolo de Defensa ha decidido que allí tomen asiento las autoridades civiles y militares y los altos directivos de la industria espacial española. Otro centenar largo de ingenieros, técnicos y personal del INTA que ha trabajado en el satélite Paz y su segmento terreno siguen la ceremonia desde grandes pantallas instaladas en salones contiguos.

La ministra y sus acompañantes han escuchado la bienvenida del director general del INTA, 5 escasos minutos. La parte del león le corresponde al director de Operaciones de Hisdesat, Miguel Ángel Serrano, quien ha mostrado sobre una pantalla gigante la estructura del lanzador Falcón 9 y acaba de explicar lo que se va a ver en la retransmisión en directo del despegue desde la base californiana de Vandenberg.

En el momento en que Serrano termina de decir que “a los 11 minutos del despegue vamos a poder ver incluso la separación de Paz del lanzador, lo que supondrá un éxito y será el momento de felicitarnos”, toma de repente la palabra el director comercial de Hisdesat, Miguel Ángel Redondo que, con voz tenue, explica que “estamos esperando confirmación… parece ser que hay vientos en altura y no está todavía confirmado el lanzamiento… necesitamos un par de minutos para confirmar si finalmente vamos adelante con el lanzamiento o posponemos 24 horas

¿Vaya por Dios! Ministra y acompañantes se cruzan miradas de sorpresa… murmullos por el auditorio. Alguien hace sonar una suave música de fondo… ¿Otro retraso?, se escucha al fondo.

Unos instantes después, el almirante Santiago Bolíbar, presidente del Consejo de Administración de Hisdesat, con voz firme, sentencia que “nosotros controlamos la tecnología, pero el viento no lo controlamos”. Y subraya rotundo: “Hay que minimizar el riesgo, eso es trabajar bien y hacer las cosas bien. SpaceX, responsable del lanzamiento e Hisdesat, ante mediciones fuera de limite, han decidido que Paz vuele por el cielo en el futuro sin novedad”. Concluye el almirante: “se ha pospuesto para mañana, a la misma hora, cosa no excesivamente extraña y normal en el mundo del espacio”.

Ministra y autoridades se levantan, saludan al almirante, resto de altos mandos y directivos presentes y abandonan el auditorio del CAB. Se encienden las luces del auditorio. “No pasa nada”, “estás cosas ocurren”, “mañana lo intentaremos de nuevo, si el viento lo permite”, son algunas de las frases que pronuncian los decepcionados asistentes al fallido despegue pero, eso sí, con una sonrisa en los labios. Despedidas: ¿nos vemos mañana? ¿no lo sé, depende? Poco a poco, el CAB queda vacío una hora después.

A las 18:52 llega la confirmación de Vandenberg de que el despegue se ha programado para el 22 de febrero, a las 15:17, hora peninsular española ¿Será la definitiva?

Los reiterados retrasos en el despegue del Falcón 9 han propiciado que el lema elegido para la misión Paz por el denominado Team Vandenberg, el equipo de militares y civiles norteamericano responsable de la campaña de lanzamiento del satélite español sea “Todo parece imposible hasta que está hecho”. Así reza en su mitad inferior el distintivo de brazo de forma circular que ha elegido el coronel Greg Wood, el jefe del Team Vandenberg, unidad ad hoc perteneciente a la 30th Space Wing.

Con los colores de la bandera española y el escudo nacional, el citado emblema lo llevan en sus uniformes todos los militares de la USAF, funcionarios civiles y técnicos de SpaceX que participan en las operaciones de lanzamiento en el complejo espacial 4E de la base aérea de Vandenberg (California). En la mitad superior del distintivo puede leerse “30 SW SpaceX Falcon 9 Paz Demosat”, que identifica a las entidades militares y civiles implicadas en el despegue ‒la 30th Space Wing y la compañía SpaceX‒ los satélites que van a volar al espacio ‒ Paz y Demosat (por demostradores, en inglés)‒ y al cohete Falcon 9, que también está representado en el centro del distintivo con una pequeña bandera de Estados Unidos y la leyenda SpaceX en vertical.

Y es que el lemaTodo parece imposible hasta que está hecho” le va como anillo al dedo a un satélite que, hasta el momento, se resiste a despegar. (Juan Pons, analista de asuntos espaciales y de defensa)

Fotografías:

·Miguel Ángel Serrano, director de Operaciones, explica a la ministra de Defensa española la estructura del lanzador Falcón 9 de SpaceX (J. Pons)

· Almirante Bolívar, presidente de Hisdesat: “controlamos la tecnología, pero el viento no” (J. Pons)


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